Estafas con tarjetas de débito

El uso de tarjetas de débito ha aumentado de forma considerable en los Estados Unidos y, como te puedes imaginar, también han aumentado las estafas con tarjetas de débito. Aunque los estafadores no discriminan necesariamente entre tarjetas de débito y crédito, los consumidores se exponen a más riesgos al usar sus tarjetas de débito. Esto se debe a que las tarjetas de débito están conectadas a una cuenta de cheques y al dinero que los clientes trabajaron arduamente para ganar.  Entonces, una de las maneras en las que podemos evitar convertirnos en víctimas de una estafa con tarjetas de débito es realizar compras en sitios web que se validen con frecuencia.

Los consumidores que prefieren utilizar su tarjeta de débito pueden hacerlo de manera segura, siempre que sepan a qué deben prestar atención y tomen ciertas precauciones. A continuación, te presentamos tres de las estafas con tarjetas de débito más comunes y algunos consejos para defenderte de ellas:

Robo de datos en cajeros automáticos para clonación de tarjetas

Esta, que es la forma más antigua de fraude con tarjetas de débito, sigue siendo un método común para conseguir acceder a tu cuenta bancaria. Los estafadores fijan un dispositivo fraudulento en un cajero automático y de esta manera consiguen que las víctimas crean que están usando el lector de tarjetas real. Una vez que tienen tus datos, los estafadores pueden acceder a tu cuenta bancaria.

Consejo de seguridad: utiliza solo los cajeros automáticos ubicados dentro de un banco o de un establecimiento en el que confíes.

Robo de datos en surtidores de gasolina para clonación de tarjetas

Semejante al robo en cajeros electrónicos, pero en este caso sucede en estaciones de servicio que permiten pagar en el surtidor. Los surtidores de gasolina suelen ser medios para el robo porque son producidos por unos pocos fabricantes y, si alguien consigue la clave de uno, puede insertar un dispositivo de clonación en el interior del surtidor, donde no se puede ver.

Consejo de seguridad: si utilizas una tarjeta de débito para pagar en un surtidor, elige la opción en pantalla que te permite identificarla como una tarjeta de crédito, de esta forma no tendrás que ingresar tu PIN.

Phishing de correo electrónico

El phishing ocurre cuando recibes lo que parece ser un correo electrónico legítimo de tu banco, una agencia del gobierno o una empresa con la haz hecho negocios en el pasado, en el que te piden información personal. El correo electrónico puede incluir un enlace a un sitio web que también parece legítimo, en el que te solicitan que ingreses a tu cuenta para después capturar tu información de acceso.

Consejo de seguridad: debes saber que ningún banco, empresa o agencia del gobierno legítimo envía correos electrónicos para pedirte el número de tu tarjeta de débito o cualquier otra información personal. No respondas a ningún correo electrónico sospechoso y jamás hagas clic en los enlaces de un correo electrónico a menos que estés seguro de que proviene de una fuente confiable.

Como regla general, solo realiza transacciones con un sitio de ventas en línea que tenga "https" en la barra del navegador. Si solo dice "http", ciérralo.

Anuncios emergentes

A pesar de que los anuncios emergentes no son necesariamente ilegales, pueden ser maliciosos y causar estragos en la cuenta de tu tarjeta de débito. Estos anuncios, que prometen recompensas en efectivo o productos "gratis", aparecen en sitios de venta en línea cuando realizas una compra. Aunque pueden ser tentadores, lo que hacen es persuadirte para que adquieras una membresía o suscripción. Solo te darás cuenta de esto cuando los cargos aparezcan en tu estado de cuenta bancario. Si no cancelas la suscripción, seguirás recibiendo estos cargos.

Muchos bancos consideran que estas suscripciones son legítimas y no te brindarán mucha ayuda si los contactas. Si lo que pretendes es llamar a la compañía para pedir un reembolso, te deseo buena suerte. Puede que algunas accedan, pero otras no lo harán.

Consejo de seguridad: evita los anuncios emergentes. Simplemente no interactúes con ellos. Además, deberías revisar tus cuentas bancarias en línea con frecuencia y estar atento para detectar compras que no hayas autorizado.