Consejos rápidos: mejora tu puntaje de crédito

Si bien la omisión o la demora en un solo pago de una tarjeta de crédito o un préstamo no arruinará tu puntaje de crédito, no demorará mucho en impactar de manera negativa en tu calificación de crédito, y el daño puede perdurar en el tiempo. El daño en tu puntaje de crédito puede llegar a durar siete años o diez años en caso de bancarrota. Un puntaje de crédito poco satisfactorio puede resultar sumamente costoso y traducirse en tasas de interés más altas en tarjetas de crédito y préstamos. Por eso, es importante tomar medidas preventivas a la hora de gestionar el crédito.

Estas son algunas medidas que puedes tomar para mejorar tu crédito:

  • Evita gastar más del límite de crédito que tienes establecido. Las agencias de calificación de crédito prestan atención a esto para determinar tu puntaje de crédito. Usar más del 50% de tu límite de crédito afectará de manera negativa tu puntaje de crédito.

  • Configura pagos automáticos para tus tarjetas de crédito y préstamos, y evitar de este modo la posibilidad de olvidarte y demorarte en algún pago, lo que no solo puede dañar tu calificación de crédito sino también generar cargos por pago atrasado o penalidades considerables.

  • Si no puedes mantener reservas financieras significativas, considera la posibilidad de cambiar los pagos de cosas tales como los servicios públicos a pagos iguales durante un periodo de 12 meses.

  • Si un crédito poco satisfactorio te ha impedido acceder a una tarjeta de crédito tradicional, considera las tarjetas de crédito prepagadas o aseguradas. A las primeras, puedes cargarle dinero de manera anticipada y en las segundas tienes que hacer un depósito que luego se usa para cubrir una factura si no la puedes pagar a tiempo.

  • Asegúrate de mantener abiertas las tarjetas de crédito de mayor antigüedad, incluso si las otras tarjetas ofrecen mejores tasas de interés. Esto se debe a que el tiempo que hace que usas una tarjeta representa el 15% de tu puntaje de crédito individual.

  • Recuerda cancelar cualquier factura o saldo pendiente, ya que las deudas que se informan a una agencia de cobranza pueden impedir que accedas a un crédito en el futuro.

  • Recuerda informar a tus acreedores si cambias de nombre por matrimonio, divorcio, etc. El hecho de no actualizar el nombre puede generar errores en tu informe de crédito que pueden ser difíciles de corregir más adelante.

  • Ten cuidado de no solicitar demasiadas tarjetas de crédito o préstamos, ya que cada vez que lo haces se genera una consulta en tu informe de crédito. Si hay muchas consultas, tu puntaje se puede ver perjudicado, ya que las consultas se consideran como una señal de alarma de que puede haber problemas con tu historial crediticio en el pasado.

Por qué una HSA

Independientemente de la edad que tengas, los gastos médicos resultan molestos y a menudo excesivos. A medida que envejecemos y necesitamos más atención médica, también aumentan los gastos relacionados con la salud. Por lo tanto, si estás dentro del grupo cada vez mayor de personas que tienen un seguro médico de deducible alto (HDHP), deberías considerar seriamente una cuenta de ahorro médico (HSA) que te permitirá ahorrar para tus gastos médicos sin tener que pagar impuestos.

Si no estás familiarizado con las HSA, básicamente son el equivalente a una cuenta de retiro individual (IRA) pero para los costos de atención médica y solo están disponibles para personas con un HDHP. Sin embargo, a diferencia de una IRA, puedes usar el dinero antes de los impuestos para financiar una HSA y los aportes que haces también son deducibles de impuestos y se pueden invertir en instrumentos de inversión como acciones y fondos mutuos. A diferencia de las cuentas de gastos flexibles, donde el dinero que se aporta cada año se pierde si no se usa para los gastos médicos dentro de ese año, no perderás el dinero invertido en una HSA y el monto seguirá aumentando sin tener que pagar impuestos indefinidamente para que puedas usarlo cuando sea necesario.

Como era de esperarse, las ventajas de protección impositiva de las HSA hacen que sean cada vez más populares, ya que esencialmente actúan como un beneficio impositivo que permite a los individuos disminuir sus ingresos anuales, cualquiera sea la cantidad aportada a la HSA.  Claro que tienen sus limitaciones. Una persona podía aportar hasta $3,450 a una HSA en 2018, con un límite de $6,900 para parejas con una cobertura familiar de deducible alto. Al igual que con las IRA y los planes 401k, también existe un subsidio de recuperación que permite a los mayores de 55 años aportar $1,000 más (o $2,000 más en caso de parejas casadas cuyos cónyuges tengan 55 años o más). Para ser elegible para una HSA, el HDHP debe tener un deducible de al menos $1,350 para un individuo o $2,700 para un plan familiar, con una responsabilidad financiera máxima de desembolso de $6,650 para individuos o $13,300 para planes familiares.

Para cualquier persona con un HDHP (casi un 40 % en 2016, según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), una HSA es una excelente opción para ahorrar para los gastos médicos, sobre todo porque no se corre el riesgo de perder el dinero invertido si no se gasta dentro del año de los aportes. Se aplica un cargo del 20% por el dinero que se retira de una HSA para usarse en cualquier otra cosa que no sean gastos médicos, pero esto supone un riesgo mínimo, dado que la persona promedio tiene bastantes gastos médicos durante su vida. Fidelity Investments estima que una pareja promedio gasta más de $260,000 en costos médicos cuando se jubila, y esa cifra sigue aumentando.

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